La nueva vida de Sant Antoni

La renovación de su histórico mercado ha convertido este barrio en una de las zonas de tiendas, restaurantes y bares con más encanto de Barcelona

Damos una vuelta por los alrededores del flamante mercado de Sant Antoni (reabierto en mayo pasado) para descubrir uno de los grandes placeres de visitar la Barcelona de hoy. Han hecho falta nueve años para que este espacio de la izquierda del Eixample recuperara su vida cotidiana, nueve años de obras para remodelar —según un proyecto del estudio Ravetllat Ribas Arquitectes— el viejo edificio de hierro alrededor del cual se constituyó este barrio a finales del siglo XIX. Sant Antoni, puerta de entrada a Ciutat Vella, enlace entre el Poble Sec y el Eixample, zona de mercado, de abastos, en el que hoy los locales y comercios centenarios se codean con nuevos proyectos que rezuman contemporaneidad y encanto.

La calle del Parlament, que fue pionera en el barrio en atraer propuestas hipsters con locales como Federal (Parlament, 39), Calders (Parlament, 25) o Tarannà (Viladomat, 23), sigue siendo la reina del brunch en Barcelona, y con casi cincuenta locales, su poder de atracción no ha decaído un ápice. Perpendicular a la calle del Parlament y siguiendo en línea recta uno de los lados del glamuroso y nuevo mercado de Sant Antoni está la calle de Borrell, que hoy se postula como el nuevo eje del barrio. Esta vía forma parte de la remodelación de la zona. El proyecto urbanístico contempla la creación de una superilla (calles peatonalizadas con poca o ninguna circulación de automóviles) que se une a las cuatro nuevas plazas triangulares que se han ganado con la recuperación del edificio modernista original. Este data de 1882 y es obra del arquitecto Antoni Rovira i Trias (1816-1889). El edificio está formado por una magnífica estructura de hierro que luce imponente, una fachada recubierta de mayólica y una gran cúpula cuya silueta se ha convertido en la imagen del barrio. Durante las obras aparecieron vestigios de la antigua Via Augusta, una necrópolis romana y restos del baluarte de Sant Antoni, un conjunto histórico situado en el subsuelo del mercado y que se puede visitar, ya que se ha dejado al descubierto. Y ¿qué más? Un interior limpio, ordenado, en cuyos pasillos se alinean paradas que nacieron en aquel lejano 1882, todas ellas actualizadas pero sin olvidar su esencia, y otras que se han incorporado. El tradicional mercado dominical de libros viejos, sellos, cromos, videojuegos, monedas, revistas, películas y cómics (dominicaldesantantoni.com) que desde el año 1936 se monta alrededor del mercado ha pasado a tener espacio propio. Aunque ha perdido parte de su encanto, sigue atrayendo más de 15.000 visitantes.

Quizás las expectativas que vecinos y comerciantes habían depositado en el mercado como revulsivo de esta zona, a veces eclipsada por los barrios cercanos, todavía están por confirmarse, pero existe el convencimiento de que ha dotado a este puñado de calles del centro de Barcelona de una nueva vitalidad.

Mercado de Sant Antoni. sinfonía de hierro y azulejos vidriados

La estructura se ha mantenido intacta desde su inauguración en 1882. De hierro, con azulejos vidriados y cuatro brazos que en 137 años de vida han albergado puestos de fruta, verdura, pollería, pescado…, encantes y, los domingos, el mercado del libro y de coleccionismo. Desde el pasado mes de mayo, Sant Antoni ha iniciado una segunda andadura; tras nueve años de obras, la profunda reforma del espacio y su entorno ha dejado al descubierto vestigios de la Barcelona romana en el subsuelo (hoy bien visibles) y ha dotado el interior de la vida y calidez que el barrio añoraba.

  • Abre de lunes a sábado, de 9.00 a 20.00.

Masclans, el arte de vender bacalao

Este puesto especializado en bacalao lleva abierto desde la inauguración del mercado, en 1882, y es el más antiguo de Sant Antoni. Detrás del mostrador sigue estando la familia Masclans; Maria es la sexta generación. Ellos han sido testigos de todos los avatares de este importantísimo espacio comercial y enfocan esta nueva singladura con modernidad y esperanza. Además de la parada de bacalao, los Masclans han abierto un espacio de degustación con especialidades como los buñuelos.

Mercat de Sant Antoni. Parada 18-20. Y parada 73-77. Teléfono: +34 934 24 36 66

Makekosa, pizzas y burratadeliciosas

Cien por cien italiano, Rolano Sangiovanni y Marco Pizzuto han abierto hace escasos meses el restaurante –o pizzería gourmet– Makekosa a una calle de distancia del mercado con una propuesta en la que destacan sus excelentes platos de pasta fresca (elaborada a diario) y la deliciosa burrata. En el Makekosa se habla italiano, la carta de vinos es totalmente italiana y la visita se convierte en un viaje gastronómico al país de las pizzas.

  • Calle de Floridablanca, 102. Teléfono: +34 936 53 97 69.

Es Tastet, inspiración menorquina

Francesc Junyent y Helena Latorre, bioquímico y química respectivamente, abrieron este restaurante de inspiración menorquina después de distintos avatares profesionales y como homenaje a esta isla balear a la que tanto aman. Estrechamente vinculados con el barrio que los acogió ya hace cuatro años, Helena y Francesc han ganado varias veces el concurso de tapas Tapantoni. En Es Tastet siguen vendiendo café a granel recién molido, como lo hacían sus antecesores en este local. Es un restaurante de barrio que ofrece producto del cercano mercado con recetas tradicionales a las que inyectan contemporaneidad.

  • Comte Borrell, 72. Teléfono: +34 934 23 59 96.

FUENTE: EL PAIS

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